viernes, 27 de septiembre de 2013





En el jardín extranjero
florecen ficciones caídas de no se sabe dónde.
Sombras azules cobijan
el deambular de tus días mecánicos
sin sobresaltos que hagan temblar
estas palabras que te cosen
trajes a medida.

En el jardín extranjero
no hay -ya- hongos mágicos
ni musgo que aterciopele tu sueño.

(y) Ahora, si quieres
ya puedes descansar ahí
en el patio trasero plagado de naranjos
de paredes encaladas hasta el cielo
para que te devuelvan la luz nívea
y ancestral del parpadeo cósmico
de tus días
                 hermosos...

Si tú quieres...

(en El Molino, el 27 de julio,
a las tantas y pico de la noche)


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