jueves, 21 de marzo de 2013
HOY
Hoy pensamos la vida entre amigos
que nos explican la dureza sin tregua de lo imposible.
Hoy imaginamos mundos posibles, amigos posibles
amores posibles que nos expliquen
quiénes somos.
Y el silencio de las cocinas.
Hoy
espejos cóncavos, infinitos espejismos,
bucles retroalimenticios más allá del horizonte
que afianzan nuestras razones
para habitar sólo el cuarto de estar.
Y el silencio tornasolado de las cocinas.
Hoy
la salmodia mecánica del acordeón dice:
“¿para qué sirven los niños?”
Y nos recita el relato que nos configura, diciendo:
“yo
soy
yo”
Y el silencio, siempre el silencio de las cocinas.
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no te pega nada ponerte tan pesimista ;) Me ha encantado tu poesía, eso de "el silencio de las cocinas". Una cocina silenciosa es como un reloj con su segundero marcando puntual las horas. Crea un efecto buenísimo.
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